miércoles, 15 de agosto de 2007

El embrujo de Scarpia


Anoche fui a la ópera y hoy me he levantado embrujada por la maldad de Scarpia y la fuerza emocional –amor, celos, venganza, odio, justicia, honor…- de uno de los libretos operísticos clásicos más rotundos. La figura del abyecto y vil barón –adjetivos que le escupe Tosca- supera todo arquetipo de maldad y conforma un insuperable retrato de la infamia llevada hasta el extremo, como es de recibo en la ópera.

La tensión emocional se sustenta en una puesta en escena sorprendente y vanguardista que incorpora la imagen, más videoartística que cinematográfica. Gracias a la espectacular escenografía quedan en segundo plano algunas carencias, como la voz del tenor Valter Borin, el caballero Cavaradossi, incapaz durante toda la escena de contagiar la fuerza y el dramatismo del torturado amante y amigo leal.

A mi amiga Bea, la Cuco, no puedo llevarla a disfrutar de estos dramas en los que, como ella invariablemente enfantiza, al final mueren todos. Harta de sacudirse las lágrimas cada vez que salía de los Groucho de ver películas premiadas en Cannes, un día me espetó –así, sin más- que ya no quería volver al cine para sufrir.

Yo disfruto del padecimiento emocional de Tosca y de todo lo que me pongan por delante. Soy una dramática empedernida, tal vez una enferma.

No hay comentarios:

Mi mascota pepe el pez

Geo Visitors Map
Powered By Blogger