miércoles, 3 de febrero de 2010

Despedida


Las despedidas más tristes son las silenciosas. Aquellas en las que ni siquiera puedes mirarte a los ojos. Aquellas que tratan de aparentar un gesto cotidiano. Las despedidas más duras son aquellas en las que mientras el otro pasa por el umbral de la puerta, ya hay alguien descolgando de la pared los restos de su presencia.

3 comentarios:

Escéptico dijo...

Habías vuelto al blog y yo sin enterarme.
Nunca es fácil una despedida, por eso conviene hacerla con el mayor silencio, para que nadie descubra la verdad, porque una despedida tiene algo de huida hacia otros lugares.

PENELOPE GLAMOUR dijo...

He vuelto para reencontrarme con los amigos. Un abrazo

Escèptico dijo...

Aquí estaremos

Mi mascota pepe el pez

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