Las siete plagas bíblicas se han hecho realidad y amenazan el planeta. Primero han llegado los virus, como la fiebre aftosa, la gripe aviar, las vacas locas o la peste porcina, cuyas partículas abundan y contaminan más que el desodorante en spray.
Después han llegado el puenting, el pilates y toda disciplina, llamada experiencia por los más ‘cool', que sirva para descubrir que estábamos aburridos en casa frente al televisor.
En tercer lugar, padecemos la plaga de topillos, hordas de ratoncillos que asolan Castilla. Tierra envenenada, por cierto.
La cuarta plaga son los neocom (véase Estados Unidos y sus derivaciones o, más bien, sus degeneraciones). Le sigue la silicona, como una de las plagas del mundo moderno que lo mismo sirve para cerrar una grieta que para, en forma de galleta, inflar sujetadores artificialmente o esculpir culos postizos.
La sexta plaga mundial son los leggins, por sus ya globalizados perversos efectos estéticos en los muslos de medio universo femenino. Y, por último, la séptima plaga de esta profecía bíblica es Acebes, el señor oscuro de infumable doctrina política.
Con esta relación de males, estoy próxima a la depresión. Qué porquería de actualidad.
martes, 21 de agosto de 2007
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1 comentario:
Ola, what's up amigos? :)
Hope to get any help from you if I will have some quesitons.
Thanks and good luck everyone! ;)
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