lunes, 17 de septiembre de 2007

Construir mis recuerdos


Hay una escena de la película ‘Tu y yo’ de Leo McCarey en la que Deborah Kerr dice a la anciana dueña de una villa de la costa italiana que le gustaría retirarse a vivir en un lugar de ensueño como su casa. La abuela en la ficción de Cary Grant, le responde: “Antes tienes que fabricar tus propios recuerdos”.
Desde que escuché esta frase supe que en determinado momento la vida se detiene a pesar de que sigues vivo, que se produce una especie de punto de inflexión en nuestro tránsito vital a partir del cual ya no hay experiencia ni acción, sino memoria.
Ignoro cuando me llegará la hora de alimentarme con mi propio pretérito pero, desde entonces, almaceno con mayor mimo en mi memoria algunos gestos que antes eran insignificantes como inesperadas sonrisas, cálidos abrazos, reflexiones, carcajadas, caricias, besos y palabras.
A veces cierro los ojos, me imagino que ya llegó ese momento y evoco mentalmente algunos recuerdos especialmente gratos. Los más poderosos, los más emotivos. Es un ingenuo ejercicio para calcular la densidad emocional de mi catálogo de escenas, olores y sentimientos. Esa hoja de ruta emocional escrita en mi diario personal cuyo contenido de palabras, imágenes y sensaciones evocaré para construir mi futuro. Cuando crezca un poco más y dude un poco menos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Pe,

desconozco el efecto depresivo de las películas de Leo, pero eso que has escrito es MUY DEPRE. Están bien los recuerdos, aunque haya una facción que mira adelante caiga quien caiga, pero cuando sólo quedan recuerdos por delante, mala cosa. Así que, venga, un ojo adelante y otra atrás procurando no quedarse bizco... y pon una de Billy Wilder, son igual de sarcásticas pero la saudade se sobrelleva mejor.

Mi mascota pepe el pez

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