lunes, 24 de septiembre de 2007

El escéptico que estrena diario


Últimamente tengo la sensación de que hago lo que me da la gana. Espero que no sea una ficción. Utilizo el si y el no con mayor vehemencia, siento más que pienso, dudo menos, me conduce el instinto y evito plantear consideraciones del tipo 'seguridad', 'comodidad' y 'conveniencia'. Lo relativizo todo. Y ahora casi todo puede ser indiferente. No tengo planes, ni esa pedantería que llaman proyecto de vida. Me asaltan pequeños caprichos, insignificantes afanes diarios, pulsiones vitales desprovistas de importancia que soy capaz de colmatar sin excesivo apuro.

También tengo la sensación de vivir en permanente tránsito. Desde que reventé el corsé de lo políticamente correcto y me liberé de la seguridad y del 'para toda la vida', estoy desconcertada. Exprimo emoción de las pequeñas cosas. Es todo raro. No se si es que ya no necesito tirarme en paracaidas o que floto de manera permanente sin tocar tierra firme. O que no digiero bien los bífidus.

Durante el último año y medio he vivido aceleradamente cobijada en hogares y espacios profesionales distintos en un extraordinario continuo y en improvisación constante. He aprendido mucho y mi agenda se ha multiplicado de forma extraordinaria. Pero de todos estos viajes quedan muchas experiencias, muchos teléfonos y un escogido número de personas que importan. Entre ellos, se cuenta un pretendido escéptico que inaugura un diario en el ciberespacio. Un cuaderno para la reflexión de quien dice de si mismo que morirá siendo aprendiz de escritor. Una de esas personas que llegan a tu agenda con vocación de permanencia que hoy estrena soporte para compartir palabras. Y espero que versos.
  • PD: Hoy sopla velas Lúxury UIMP. Tiene una sonrisa que nunca remite, aunque no haya 'rico' de postre. Cuando alguien necesite una profesional del márketing, la publicidad o las relaciones públicas que se pida a Lux.

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