
Pilar y yo estamos pasando el puente juntas, cuidando de la abuela Estrella que tiene 97 años. Mamá nos dejó la nevera repleta de cosas ricas, pero Pilar se ha puesto malita del estómago y yo, por solidaridad, he decidido sumarme a su obligada dieta blanda. Por eso, hemos dicho adiós a los pasteles y se los hemos regalado a Isabel, la chica que viene todas las mañanas a casa de mamá. Como Santander ofrece tantas posibilidades de ocio, estamos desesperadamente aburridas. Yo he terminado de repasar y tomar notas sobre un libro de testimonios que me prestó el escéptico y que me ha cautivado. Pilar se entretiene leyendo Pelopicopata, una revista sobre animales que le gusta mucho. Fruto de este solitario, tedioso y soleado puente, Pilar ha decidido abrir un blog. Será nuestro proyecto de fin de semana.
2 comentarios:
consuélate pensando que siempre habrá alguien trabajando. Saludos
Ardo en deseos de leerlo. Creo que Pilar tiene tantas cosas interesantes que decir que merecen ser escuchadas por el mundo...
Publicar un comentario