jueves, 4 de octubre de 2007

Lágrimas

Esta mañana la radio lloraba noticias. Y en una espontánea sintonía, el cielo se vistió de luto para recibir a Carlos Llamas. Amanecieron teñidos de gris el paisaje y los informativos. Una ligera cortina de nubes envolvía Santander y humedecía el rostro de quiénes madrugamos con una delgada lluvia de gotas de pena, en señal de duelo por un periodista y por un hombre extraordinariamente lúcido que nunca perdía la sonrisa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Porque en la noche, cuando la ciudad descansa, las almas se serenan para mostrarse más que nunca humanas

Mi mascota pepe el pez

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