jueves, 4 de octubre de 2007

Libros sin lectores y periódicos sin letras


Supongo que uno lee con ese afán de poder vivir otras vidas además de la propia, y poder saciar esa curiosidad que se presume innata en todos nosotros. Por eso me extraña que ahora leer no se considere placentero y se haya convertido en un ejercicio de difícil digestión. De hecho, socialmente está mejor visto cultivar el cuerpo que la mente, visitar gimnasios antes que bibliotecas.
En este contexto parece obligado aligerar la densidad de los periódicos, camuflar la realidad en titulares sensacionalistas, abusar de los colores y de las fotografias y gráficos. Hacer productos descafeinados, rápidos, ligeros de calorias reflexivas y ausentes de matices. Diseñados para no pensar. Si el periódico Público engancha a los jóvenes, me confieso mayor. Desde luego, tengo más edad que el código de barras que hoy cumple treinta años y, afortunadamente, me educaron para no sentir pánico ante las crónicas densas, los artículos de fondo y los libros sin fotos, que echo de menos en un periódico que trasmite cierto desprecio por la actualidad en detrimento de esa nueva sección inventada para dotar de menos gravedad a los periódicos y que se llama sociedad.
Ahora leer, como conducir con moderación o impedir el consumo de pezqueñines necesita estimularse a través de campañas publicitarias. Curiosa deriva para un pais donde hace menos de medio siglo los libros y los periódicos estaban sujetos a la obligada censura. España utiliza la fórmula 'Si tú lees, ellos leen', pero me parece mucho más delicada y sugerente la propuesta chilena, que va a repartir un maletin literario cargado con 49 obras a las familias con escasos recursos económicos.
Quizá sea demagógico, pero es mucho más bonito repartir una canastilla con 'Cien años de soledad' y 'El libro de las preguntas' de Pablo Neruda, que el cheque de tres mil euros que propone Zapatero. Mercantilismo frente a literatura. Puede parecer estúpido, pero la decisión de Bachelet tiene una carga simbólica extraordinaria y define el tipo de sociedad que desea construir. Chile reparte letras, no dinero.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

S� s� y s�.
'P�blico' tampoco va conmigo. Me sigo quedando con el peso sobre el pecho de 'El Pa�s' de los domingos, �se que te puedes tirar leyendo cuatro horas sin mover un m�sculo de la cara...
Nos hemos vuelto comodones. Y no me canso de repetir que deber�amos desterrar las televisiones de los hogares y, por supuesto, no dejar jam�s que una de esas m�quinas maquiav�licas se meta en el dormitorio (y mucho menos, si el dormitorio de turno tiene calificaci�n de no apto para menores, o sea, de matrimonial o algo que se le parezca).
Qu� pena lo de Carlos Llamas. Ayay... Qu� ma�anita que llevo, Pe, de sensiblera a cuenta del tema. Yo no s� qu� me pasa, pero mis hormonas andan enloquecidas. En serio...

Anónimo dijo...

Me pasa lo mismo que a vosotras con Público. Me pilla mayor aunque no estoy segura que hace 20 años me hubiera pillado más jóven.
A mi me gusta mucho el anuncio ese que muestra a una niña imitando a su padre mientras desayunan leyendo. Hoy la gente desayuna con la tele, dibujos e informativos mañaneros. Yo no he podido nunca, tampoco lo he intentado porque prefiero levantarme con la Ser. Encender la tele por la mañana me recuerda demasiado a mi hermana que se tiraba de la cama para ver Los ricos también lloran, hábito que siempre me pareció una cutrez absoluta.

PD. Olga, por alguna razón después de vernos fugazmente la otra noche, me acordé de que compartimos colegio, aunque no curso, y pensé que tenemos que charlar un poco sobre nuestros recuerdos XD

Marta Sanuy dijo...

Hola, yo desayuno con la tele. A las diez de la mañana ponen en la dos un buen programa: La aventura del saber.

Por lo demás, no sé si estoy de acuerdo contigo Olga, con lo del reparto de libros, o con Maruja Torres en el país de hoy.

A veces, y lo he visto, dónde hay hambre en serio repartir libros resulta obsceno. Claro que no sé hasta que punto es el caso de Chile.

Anónimo dijo...

Marta Sanuy: Chile no es un pais pobre, aunque sea un pais donde hay pobreza (como en España)
En todo caso, regalar libros siempre es útil
Escéptico

Mi mascota pepe el pez

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