lunes, 19 de noviembre de 2007

Al otro lado del espejo


He decidido volver a Bilbao. El sábado. Cien días después. El tiempo que he necesitado para aceptar que a partir de ahora la ciudad será un escenario compartido. Supongo que no tengo porqué renunciar a una memoria que nos pertenece a los dos. Pero presiento que este retorno absurdo al lugar de donde nunca me fui me obligará a reconocer otra ciudad bajo la misma mirada. Temo adivinar el pasado en todos los rincones. Que los lugares que frecuentamos se vuelvan tristes. Volver a sentir frío donde habita el olvido. Aparecerá reflejado en todos los escaparates, esperaré tropezármelo a la vuelta de cada esquina, volveré la cabeza a cada poco, porque me parecerá reconocerlo de continuo entre la gente. En algún lugar sonará un bolero. Pasará. Y volveré al Bilbao que compartimos. Al otro lado del espejo.
Rosa repara en lo que llama mi identidad cromática y se preocupa cuando mi armario se tiñe de negro. Bea intuye desde Londres mi estado de ánimo en las frases que escribo. Y otros descifran mis silencios. Pero prefiero permanecer invisible para Alex. No quiero preguntarle cómo se encuentra. Porque se qué me responderá muy bien.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Holita Pe. Y digo yo ¿por qué no dejar en el pasado a esos que no quieren estar en nuestro presente? Hay que economizar sufrimientos ¿no?
Lo hablamos el jueves frente a unos escalopines??? Si me prometes ir vestida de rojo pasión o, al menos, verde esperanza, allí estaré.
N.

Anónimo dijo...

Prometido. Rescataré algo de colores del armario. Yo creo que me deprime la perspectiva de un invierno en Santander con nueve meses de tinieblas...

Anónimo dijo...

el desamor es una de las cosas ma tristes, ese escalofrio que te despierta por las mañanas porque no esta, ni estará, el saber que algo no volvera. Será mejor cerrar la puerta con llave, tirarla lejos, e intentar abrir otras, pero que dificil.........

Anónimo dijo...

Buenooo mi Peeee. Viendo ese estado de ánimo, y con la invitación a emborracharnos aún en la mano, creo que es El Momento. Este presente yo lo estoy viviendo en pasado. Mil besos amor¡

Anónimo dijo...

Muchas veces respondemos "muy bien" cuando nos preguntan qué tal estamos, porque queremos guardar nuestra intimidad, porque no queremos que alguien nos descubra nuestras heridas mal cicatrizadas, porque no queremos molestar sembrando dudas, porque pensamos que a nadie interesa lo que nos pasa, porque es nuestra particular coraza frente a los fríos ajenos...
Nos gustaría que determinadas personas no hubieran archivado en el olvido un determinado pasado compartido con mayor o menor intensidad, pero la vida es así y así discurre.
Una copa a tiempo puede salvar el día o casi.

Rukaegos dijo...

Supongo que te entiendo demasiado bien. Estaba pensando en escribir algo parecido en mi bitácora, sólo que relacionándolo con el cansancio, la necesidad de unas vacaciones, el frío, el otoño y con todo ello el doloroso retorno de ese nombre que por no sé que mierdas sigue sin cicatrizar, a pesar del tiempo pasado y a pesar de que ya no me importa nada.
Supongo que mientras seamos incapaces de llenar con el calor de otros besos su ausencia, el fantasma del pasado soñado seguirá golpeando.
Besucos, wapa.

Anónimo dijo...

Penélope, entiendo muy bien cómo te sientes. Yo, como tú y como el maestro Sabina, soy de los que piensan que lo bueno de los años es que curan heridas y que lo malo de los besos es que crean adición. Por cierto, a mi de negro me gustas mucho. Pero mucho, mucho. Eso sí, siempre que sea sólo el color que te rodea y no un estado de ánimo. Besos ...

Anónimo dijo...

Desde que leo este blog tengo la sensación de que no eres tu. No, desde luego, la Glamour que yo conozco. Claro que, pienso pa mi, los mismos actores pueden intervenir en películas distintas; desempeñar diferentes papeles en función de la obra que representen. No sé, me tienes un poco despistao

Anónimo dijo...

Veo que Marisane y Escéptico me recetan la misma medicina.

Qué decirte,Regi, que tu no sepas.

Para los anónimos, gracias por vuestras palabras y los halagos a mi fundido en negro.

Y, tu, manny, me conoces mejor que nadie. Pero, si, tengo la sensación de que este blog nos está separando. Tenemos que tomarnos una copa

Mi mascota pepe el pez

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