domingo, 11 de noviembre de 2007

El destino inesperado

Los horóscopos nunca predicen algo tan evidente como la muerte. Nunca dicen hoy morirán 42 sagitarios y 320 tauros. Ayer se supone que todos los leo han sufrido cambios repentinos de temperamento frente a sus compañeros de trabajo y se han enfrentado a una serie de desórdenes vitales causados por extrañas experiencias. Pero ayer, José Félix, que es Leo, tuvo un pronóstico distinto. Supongo que estas palabras, leídas después de saber que no está, tienen menos sentido que nunca. Pero uno siempre se cuestiona cosas estúpidas cuando le roza la muerte. Me pregunto que hubiese sucedido si el maldito destino hubiese enviado algún aviso camuflado en la ceremoniosa semántica del horóscopo de ayer. Si en alguna de sus palabras alguno de nosotros hubiésemos percibido la tragedia. Supongo que no importa, porque las personas sensatas leen el horóscopo pero no se lo creen. Porque es posible que un géminis fallezca en su día de suerte. Todos los días hay malas noticias en los periódicos, pero no en los horóscopos. Las videntes no detectan algo tan inesperado como la muerte. Nadie nos avisa de cuando caerá el telón. Por desgracia, son cosas que nos pasan a los que estamos vivos. Respirar. Solo eso nos separa hoy de José Félix.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonita reflexión sobre el azar y la muerte.

Anónimo dijo...

La muerte es una crueldad inesperada.

Anónimo dijo...

QUÉ DÍA TAN TRISTE. UNA GRAN PÉRDIDA.

Anónimo dijo...

Gracias por dibujar una rosa para José Félix

Mi mascota pepe el pez

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