Se que no se puede conducir con alcohol en el cuerpo, pero ¿se puede escribir a esta hora de la madrugada cuando por culpa de Iñigo y Jesús he tomado más copas de las que debiera? Siempre que pienso en el alcoholímetro me acuerdo de Aznar quien, metido en bodega, nos regaló aquel discurso ebrio de vino y ridículo. Lamentaría mucho dar un espectáculo epistolar de semejante magnitud. Aunque, sinceramente, no creo que logre superar al maestro. Todo lo encuentro divertido. Me apetece tomar sopa de sobre. De repente me acuerdo del primo de Rajoy, y me da la risa. Todo empezó porque fuimos al teatro y diré, ahora que no hay niños despiertos, que Marat-Sade me pareció un espectáculo de época. Hoy, hasta la catarsis del tomate de los alumnos de la escuela de Cristina Rota resulta más provocadora y vanguardista. En mi descargo, doble gin-fizz.
sábado, 3 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Gracias x recordar al scuba , está mal decirlo pero era un sitio entrañable , muchos recuerdos y muchas buenas canciones .
mientras la gente lo recuerde , seguirá suespiritu vivo
UUUUUUUUUUhhhhhhhhh¡¡¡ Menos mal que hay más trastornados que la sane¡¡¡¡¡
Extoy toztalmente de acuerfdo. Vever ez malo para ezcribir en el blof, verfbigracia. ¡Otra ronda,pliz!
hola, he topado con este blog saltando de blog en blog y me gusta lo que escribes y los comentarios. un besito.
Publicar un comentario