lunes, 3 de diciembre de 2007

Soy una periodista en efervescencia

Por primera vez en mi vida, el sábado me marché de la sala antes de que acabase la película. Lo que no consiguió el bodrio de Titanic, lo han logrado unos compañeros de profesión. Me presenté voluntaria para defender la libertad de prensa y reconocer el mérito de un periodista independiente y, a los postres, me mandaron a la hoguera por hereje. Lo siento por Ulises Quintacolumna, para quien ni siquiera hubo un epitafio digno, pero no me gustan las fábulas y, por tanto, no tuve más remedio que coger mi bolso, levantarme con toda la energía posible de la silla y abandonar la escena.
Delirar es un derecho común. Pobres de aquellos que se creen revestidos de una autoridad moral superior a los demás por el mero hecho de que pueden permitirse el lujo de pasarse la vida sentando cátedra entre canutos y tertulias, pobres de quienes exhiben fingida pureza y pregonan limpieza de espíritu; pobres aquellos que se complacen en utilizar un vocabulario trasnochado para revivir un mundo paralelo en un escenario de confrontación caduco. Pobres Calimeros que cobijados bajo un cascarón roto deforman el mundo exterior a través de las lentes de los prismáticos especiales para falsas entelequias y absurdas quimeras.
Confieso que me ha disgustado descubrir que ‘La Realidad’ no busca la verdad, sólo tener razón. Como dice mi primo Sergio, hay que tener cuidado con quiénes capitalizan términos tan rotundos. Hasta Jiménez Losantos se cree que hace periodismo en Libertad Digital. Lamento profundamente escribir estas palabras pero, para mi, Libertad y Realidad confunden lo verdadero con lo aparente.
Después del espectáculo del sábado, soy una periodista en efervescencia con un compromiso con las palabras más reforzado que nunca. Como dice Regino, una pulga no puede frenar el tren. Mi misión a partir de ahora es llenar de ronchitas al conductor.
Hay un mundo mejor, pero es carísimo. Por eso estamos obligados a conseguir otro, gratis, en el que quepamos todos. Y, desde luego, no podemos dejar la misión en manos de 'La Realidad'.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Llevaba dos días esperando este post, no por ver si aparecía sino, precisamente, porque sabía que lo haría.
Valiente por intentar que todos fuéramos, valiente por ir, valiente por admitir que no valió la pena.
Veni, vidi "y me volví", que decían en mi pueblo.
PD: al menos sigo con la sonrisa que me causó el beso "torcemuelas" de Pilarín.
Bss

osanemeterio dijo...

Cuenta conmigo Pe.

Anónimo dijo...

Hola, soy Victor.¿el motivo de mi visita? felicitar a cuantos por aquí se asoman, comenzando por la autora, y terminando por ti, ese que está leyendo esto ahora mismo, la Navidad.
No voy a ser nada original ni novedoso. Como todo el mundo sabe,de un tiempo a esta parte el tramite se cumple con un mensaje de movil, un chiste a ser posible.El mio tendrá un tinte...en fin, que dice así:
Hubo una vez quien dijo que la historia de uno mismo se convierte facilmente en prehistoria, y que los acontecimientos que protagonizamos pronto solo serán meros vestigios de la memoria. Hay personas, que sin afan alguno e inconscientemente, y fruto de un espíritu valeroso e insobornable,nos recuerdan la existencia junto al suelo de un pedestal, el pedestal de la dignidad. Anna Politkovskaya, analista política y periodista rusa, murió hace poco más de un año acribillada a balazos en el ascensor de su edificio, víctima de la intolerancia que reina en la Rusia de Putin.Auténtico azote del Kremlin, denunció hasta la extenuación el nepotismo del régimen,sus pucherazos electorales, la vulneración sistemática de derechos humanos y los horrores del conflicto con Chechenia. Su defensa de las libertades individuales y su implicación denunciando con nombres y apellidos tenían fecha de caducidad: "¿escolta?, para que, no me servirá de nada".Su pluma tampoco tuvo piedad con los mandatarios de occidente que no tienen problema en estrechar la mano de un régimen putrefacto.Hace un mes se publicó su libro póstumo, un diario que lleva por título "diario ruso", editado en España por Debate.Lúcido y demoledor retrato, fantasmagoría de un pais en descomposición y de una mujer que se olvida de si misma entregada a la titánica labor de "que se sepa".
En cierta ocasión le preguntaron de que lado estaba y a que aspiraba. "estoy del lado de esa comunidad, de esa asamblea de hombres y mujeres apartados hoy de toda decisión, a los que engañan con una democracia que no lo es" y por otro lado "aspiro a dar, devolver si es preciso, lo que yo denomino golpes sensatos a la sinrazón, tantos cuanto esta gente ha recibido, y hacerlo con modestia, pero también con determinación y cierta altura"
Ayer hubo elecciones en Rusia. ¿quien se acuerda ya de Anna? Escribiendo esto tengo la sensación de que avivando su recuerdo, retraso su olvido, le pongo una zancadilla a su muerte, que espere aun. Felices Fiestas a
todos.

Anónimo dijo...

Ahora más que nunca necesitamos "periodistas en efervescencia". ¿Qué pasa con Santander, con su alcalde y con el Cabildo? Ahora sí inspeccionan los edificios, ¿por qué no antes? ¿Por qué los medios dan por bueno lo que ahora hace el Ayuntamiento y no hablan de lo que se dejó de hacer? ¿Qué pasa con El Diario Montañés? ¿Alguien ha visto El Mundo, El País, La Razón? Chatina, eres la caña y perdona que interfiera en este post..

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